Vairagya

El desapego o la mirada inversa.


FUERA DE LOS OJOS, FUERA DE LA MENTE
Casi todo lo que vemos nos entra en la cabeza, casi todo lo que entra genera un deseo, casi todo lo que deseamos lo desechamos al poco tiempo. Así pasa con cosas y con personas que vemos. La primera regla del yoga es evitar o ignorar los interminables deseos de la mente. Para eso lo primero es saber quién es el enemigo de la mente. Casi todos estamos de acuerdo que la mirada es una máquina de crear deseos innecesarios, caprichos y falsas necesidades. En concreto los medios son muchas veces una fuente de basura mental y de desinformación. Las pantallas son a veces una puerta al interior de cada familia por donde entra la mano malvada que busca cambiar los hábitos y estilos de vida a su conveniencia. A conveniencia de quien le pague. Por eso sacar la televisión de casa da tiempo, paz, alegría, reduce la contaminación, reduce la manipulación, nos hace menos influenciables a los deseos de los grandes poderes, nos permite pensar un poco, ahorramos energía, tiempo y dinero.
La mirada inversa del yoga es, no lo quiero, no lo necesito, no me interesa... el desapego de todo lo verdaderamente poco necesario.


Pero no es solo eso, uno tiene que poner pensamientos positivos en contra de lo que sale de dentro ya contaminado. En contra de las amargas semillas del pasado. La presencia de pensamientos sanos, positivos y creativos es necesaria. La presencia del pensamiento negativo se asocia siempre con la enfermedad física y mental, el yoga dice “piensa mal y tendras malos pensamientos”. El famoso Dr. Hamer lo explica bien en las leyes de su Nueva Medicina: “la enfermedad puede empezar con un golpe emocional o moral o un gran disgusto”. La protección que nos dan los pensamientos positivos nace de la inclinación del ser humano a volver a la verdad. De la llamada de la intuición que nos recuerda desde lo más profundo la verdad eterna de la existencia del ser humano como algo distinto a la materia. Nace también de la experiencia de integración con el “Espacio Inteligente, Vivo y Feliz” que genera vivencias de paz incluso en los momentos de disolución y destrucción como el que estamos viviendo ahora mismo. Son pensamientos positivos y vivencias de paz  las que nacen por ejemplo del trabajo desinteresado orientado a la generación del “bienestar colectivo de toda la humanidad”.
Todo lo contrario a la política actual que busca la guerra como fuente de riqueza. Todo lo contrario al sistema que busca que el dinero esté cada vez en menos manos que sean cada vez más ricas. Lo contrario al nuevo orden que promueve que conforme aumenta la riqueza mundial  aumenten los millones de pobres. Que busca incrementar la desigualdad y bombardear las mentes con miedo a la escasez. El terrorismo es el uso del miedo para manipular la mente humana, creado por las mentes enfermas que nos gobiernan y deciden en un día de reuniones atacar militarmente un país, pero en cincuenta años de reuniones no se decidieron a acabar con la pobreza. Cosa que se podía fácilmente haber hecho con el 7% de la primera ayuda pública que se hizo a su banca. Ayudas que se han repetido varias veces y que no han sido ni serán suficientes. Mientras tanto millones de seres humanos no tienen agua ni comida.
¿Cómo se puede pensar en positivo en medio de esta crueldad? Hay dos respuestas, la primera es que pensar en positivo es una obligación, no es una opción. Se piensa en positivo porque se quiere hacerlo, igualmente que se es negativo por propia elección, ya sea conscientemente o la mayoría de las veces inconscientemente.
Pensar en positivo es muy fácil y es imposible. Lo primero hay que ver quien alimenta nuestros pensamientos. ¿Vemos mucho la tele? Si todavía no hemos despertado es imposible pensar en positivo. Es imposible pensar, si estamos soñando. Pensar requiere de una importante cantidad de energía y silencio para recibir el flujo de ideas del lugar amado. Si estamos hipnotizados estamos en las manos de quien nos programa. Si hay alguien pensando por uno, si uno no controla la entrada de las imágenes y sonidos de los medios en su vida en sus ojos es imposible pensar en positivo. Observemos como reacciona la mente, los síntomas de mi “enfermedad” son el temor , la ira, la violencia y las manifestaciones del odio que degeneran en conductas de destrucción. Apaguemos la televisión de una vez, la mente nos lo agradecerá.
La segunda respuesta es sin duda más imposible, tengamos Fe en el Dios de Amor. Nuestros pensamientos son nuestra Fe. La misma mente de una persona está hecha de su Fe. Los pensamientos de una persona nacen en su corazón y no en su cerebro como describe muy bien Joseph Chilton Pearce en sus obras. Los malos pensamientos nacen de la ignorancia de nuestra verdadera naturaleza. La ignorancia de la verdadera naturaleza surge de la incapacidad de vernos desapegados de los sentidos, de la materia. Dicha falsa creencia genera una serie de reacciones auto destructivas en cadena, que pueden y de hecho devienen en sufrimiento.


Uno es un alma encarnada, uno no es un cuerpo desanimado. No confundamos coche con conductor, uno es de la misma naturaleza que su creador, uno es luz, uno es Amor, uno no es un número ni una cuenta bancaria ni un esclavo que deba ser marcado con un chip en la mano.


OM PAZ, PAZ PAZ.

Gandhi1

Vairagya, desapego o simplificación de la vida es el desinterés por la abundancia material. Sobre este tema dijo una vez un sabio:

 

“Para vivir con una renta anual pequeña, cogí papel y me hice una lista exhaustiva de lo que gastaba y empecé a tachar todo lo que podía suponer un lastre: el coche, fuera, los vicios, fuera los restaurantes, fuera, suscripciones diversas, fuera. Vivienda, dividir la casa, alquilé las tres habitaciones que tenía libres y planté un huerto. Así he vivido durante 16 años sin tocar mis ahorros. Ahora trabajo de forma voluntaria, realizo talleres prácticos de cómo cambiar la vida, doy conferencias y, sobre todo, gasto poco. Tengo tiempo para hacer las cosas que me gustan y estimular ideas creativas para proteger al planeta intentando contribuir a un mundo más justo. Pero sobre todo; soy libre. Hay tres criterios interesantes, la integridad, la inteligencia y la independencia económica. La integridad comporta que seamos responsables de todas las implicaciones del dinero que pasa por nuestras manos. La inteligencia es saber gastar la energía vital y el tiempo con sabiduría. Y la independencia económica significa que se ha ahorrado lo suficiente para poder hacer frente a los gastos mensuales. Lo que yo propongo es disfrutar de una gran calidad de vida con una pequeña huella ecológica."


Realmente hay sólo dos pasos para simplificar:

1. identificar lo que es más importante para uno.

2. Eliminar todo lo demás.

Fecha última actualización: 05/01/2024

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