La terapia yóguica


Antes de la terapia yógica:

La terapia yóguica es la manera de intentar equilibrar los sistemas corporales con la ayuda del yoga. El yoga no divide el cuerpo y la mente en compartimentos estancos sino que los considera una sola sustancia en distintos niveles de manifestación. Según el concepto yóguico del cuerpo y la mente, ambos son -prakriti- o materia y por lo tanto nacen y mueren naturalmente. Ambos son algo diferente de nuestra verdadera naturaleza permanente.

La base de la terapia yoga son los -yamas, niyamas- y sin ellos toda curación o mejoría es breve. De ese modo un cambio sincero de vida es el fundamento, base y comienzo de toda recuperación de la salud.

Todos sabemos que la salud o el perfecto funcionamiento del cuerpo es una batalla ya perdida desde el mismo nacimiento. A mitad de nuestra vida el cuerpo ya está trabajando por debajo de su nivel óptimo y algunas de sus funciones han caído mucho. Cada día y cada paso nos llevan hacia la vejez, la enfermedad y la muerte. Cuanto más deprisa vivimos antes llegamos a la meta.

El yoga es prevención primaria, la de antes de la enfermedad. La finalidad del yoga terapeútico es buscar maneras de ayudar al cuerpo y la mente a conseguir su estado de equilibrio, o recobrarlo rápidamente si se han perdido. La mayoría de estos factores enfermantes es creada por uno mismo, por eso la curación debe ser responsabilidad de uno mismo.

Una enfermedad aguda, aunque indica cierto fracaso del cuerpo en hacer frente a un desequilibrio adecuadamente, todavía indica que el cuerpo está luchando por erradicar o neutralizar el elemento perturbador. Es, pues, sólo una alteración pasajera, y, como tal, desde el punto del vista del yoga, es mejor primero dejar al cuerpo curarse. Si dejamos de hacer y descansamos, el cuerpo se suele reparar a sí mismo. Lo mejor que se puede hacer es ayudar al cuerpo en su lucha por la auto limpieza.

Así, el yoga está en mucho de acuerdo con la ‘naturopatía’, pero no está en contra de ningún método específico de curación, siempre que al hacerlo no se dañen el cuerpo o la mente. Lo primero no hacer daño.

En general hay dos maneras de acabar en el médico, una sería si uno va caminando y le cae algo encima. El otro caso es cuando uno va por mal camino durante toda una vida y al final enferma y se pregunta, -¿Pero porqué me ha pasado a mi esto?-. O sea, con las enfermedades de la mente, las sub-agudas y las crónicas es otra historia. Se encuadran en otra categoría, a veces indican que el cuerpo está fracasando en su lucha por buscar un equilibrio. O que somos nosotros mismos, nuestro ego, nuestro yo actuando, el origen del problema. Un proceso de enfermedad crónica puede ser una señal de ciertos desajustes o defectos en nuestras vidas. Según el yoga, éstos pueden ser: (1) una alimentación equivocada que introduce tóxicos en nuestro cuerpo; (2) Una falta de ejercicio físico aeróbico que ocasiona una respiración deficiente que no oxigena y limpia bien esa sangre y a la vez una circulación de la sangre y de la linfa deficiente, que conduce a congestiones crónicas y el estancamiento de productos de desecho en ciertas regiones, con efectos tóxicos sobre todo el cuerpo en conjunto; (3) una falta de sueño, descanso y relajación que impide que la naturaleza nos repare; (4) una actitud, filosofía o hábitos de vida que necesita ser mejorados.

El tratamiento de la enfermedad crónica según el yoga nos exige un cambio de la manera de vivir. De otro modo solo iremos parcheando síntomas, haciéndonos adictos a múltiples fármacos, gastando mucho dinero y a menudo empeorando conforme pasa el tiempo. Sin un cambio de actitud y modo de vida la persona esta obligándose a dar vueltas una y otra vez sobre el mismo camino, tropezando en la misma piedra cada día. Es la ley de la recurrencia. Sin un cambio sincero, nuestro cuerpo y mente pueden dañarse a si mismos, ello a veces com poca esperanza de cambio debido a los tóxicos hábitos compulsivos que hacen que cuerpo y mente se muevan hacia abajo por si mismos, sin consultar. El yoga dice que ir hacia abajo es muy fácil e ir hacia arriba es muy duro.

Si uno quiere mejorar es aquí es donde el yoga es de verdadera ayuda para cambiar de dirección.

 

 


¿Quién se puede beneficiar?

Todos tenemos un enfermo a quién cuidar, ese dentro del cual hemos venido y estamos encerrados. ¿Por dónde empezamos? Donde la enfermedad llega montada en los hábitos de la vida, allí empieza el yoga. El yoga tiene un enfoque no costoso de la solución porque se basa en prevención primaria a través de la educación y la práctica, dieta higiénica, ejercicio físico, constancia y autocontrol. Es sencillo aplicárselo a uno mismo y muy complicado de aplicar a los demás.

El yoga es un instrumento válido de mejora en dos situaciones: por un lado tiene un carácter preventivo, es decir, enseña cómo vivir saludablemente; y por el otro presenta un carácter correctivo, el cual nos permite que cambiemos hábitos erróneos. El proceso de cambio sugerido por la metodología del yoga es gradual y está basado en aprendizaje desde la propia experiencia y el mantenimiento regular de la práctica.

Sabemos que el estudio teórico del yoga separado de la práctica es de muy poca utilidad. Se practica el control físico para adaptarnos mejor, aprender a respirar y controlar algunas reacciones exageradas. Contamos con varios tipos de técnicas: ejercicios de corrección postural y ejercicios de educación respiratoria ("asanas" y "pranayama" en su denominación original en Sánscrito). Las asanas para el control físico que corrigen la columna vertebral y equilibran el tono muscular. El pranayama mejora las funciones respiratorias (ventilación y perfusión) y permite una mejoría general.

Cuando algo nos pasa adentro, la interpretación de este acontecimiento la hacemos según nuestro pasado y la comprensión de esto afecta a nuestra realidad. Esta claro que mientras lo que cosechamos en la vida, lo que nos suceda, sea culpa de los demás nosotros no tenemos que hacer ningún esfuerzo por cambiar, son los otros los que tienen que trabajar.

El ser humano es libre de hacer lo qué guste y así muchas veces hacemos lo qué queremos, pero no siempre es lo que nos conviene. Incluso a veces hacemos lo que es incorrecto sabiéndolo. Luego queremos y esperamos quedar libres de los efectos de la natural reacción con ayuda de la ciencia.

Después de la práctica del yoga o de cualquier otra herramienta de meditación y de plena consciencia que ayude a ver seria y claramente nuestra verdad, nace el deseo de buscar algo adentro. En ese punto uno suele estar cansado de buscar placer afuera. Incluso aunque sea la primera vez que uno se mire con esa perspectiva el cambio aquí es cualitativo.

Creo que todo el mundo puede beneficiarse del yoga porque seguramente que fue escrito para ayudar a todas las personas en general. Una actitud de aceptación sin miedo y trabajo desinteresado nos ahorrará mucha energía, dinero, fuerza y tiempo en el camino. Porque luchar solo por lo de fuera requerirá mucho esfuerzo para un pobre resultado real. Algunos tratamientos caros para las enfermedades son un negocio. Está claro que el negocio no está en la salud, el negocio está en la enfermedad y el yoga de verdad es muy barato.

 

 

Yoga paliativo

Tambien hay un yoga paliativo, unos cuidados yóguicos después de un diagnóstico de enfermedad con un final a corto plazo. Cuando esto "sucede" y nos vemos ante un diagnóstico de este tipo al cuál debemos de dar cuidados después de un tratamiento quizás de cirugía, radio o quimio, entonces los cuidados basados en el yoga se relacionan con los sentimientos asociados a la enfermedad (invalidez, depresión, pérdida de la imagen propia, aislamiento, debilidad, inmovilidad, fatiga e inactividad) que puedan aparecer, el objetivo aquí es ganar toda la paz posible. Es entonces importante cuidar la aceptación, la atención, la respiración, ayudar a la persona a sentirse más firme y cómodo con las posturas posibles, ayudar a descansar con las prácticas relajación, ayudarle a aceptar la realidad por medio de la cosnciencia y ayudarle a separarse sin dolor ni sufrimiento cuándo la vida se vaya.

Pero entonces: ¿cómo aceptar eso...?, ¿con paz o no...?, porque estar listo a aceptar eso es estar listo a ver el propio fin de nuestra parte material. Es rara la persona que es consciente de que la vida es corta.

La enfermedad que aparece ahora es un duro golpe y un cambio de marcha y de velocidad para la persona y la familia en varios aspectos: se pone a prueba la tolerancia, hay un cambio general en los valores, hay sentimientos intensos y a veces amargura. No hay opción de volver a escapar de la realidad.

La persona que sufre una enfermedad así puede tomar la decisión de luchar o de aceptar. Ambas son razonables y correctas, muchos luchan contra la enfermedad hasta el final, otros no forcejean o se deprimen y otros aceptan el fin de la vida con paz pero trabajan por mejorar desde dentro. Miran más allá.

¿Qué es diferente en nosotros?, ¿qué es similar en nosotros?, si el yoga significa unión con aquello qué es lo mismo en todos, significa con la cualidad humana de amar.

Esta visión no es exclusiva de yoga, el yoga es sólo un ángulo específico en la circunferencia del infinito. Es ver todo como una parte del gran uno universal que es eternidad, conocimiento y paz.

Fecha última actualización: 14/09/2023

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