EJEMPLO: HALASANA, ó LA "POSTURA DEL ARADO"
EL NOMBRE: Esta postura se llama Halasana porque su práctica imita la forma de un arado indio. Hala quiere decir arado en sánscrito.
LA TÉCNICA: Para empezar el estudiante se tumba boca arriba como en el caso de Sarvangasana. Entonces levanta lentamente sus piernas por las caderas hasta formar un ángulo de 30º respecto del suelo. Aquí las piernas se mantienen quietas durante unos pocos segundos y después se levantan otros 30º. Nuevamente se mantienen inmóviles y se elevan hasta completar el ángulo recto. Así se mantiene unos segundos otra vez. A esta parte de la Postura del Arado se le puede llamar Ardha-Halasana (Fig. 1). Tras esto el estudiante mantiene su tronco pegado al suelo tanto como sea posible, y después dobla las piernas, levantando las caderas y la parte inferior de la espalda sólo lo necesario para asegurar el primer estadio de la postura (Fig. 2). Esto se hace de la siguiente manera: las piernas que formaban un ángulo de 90º pasan por encima de la cabeza hasta que los dedos de los pies tocan el suelo. Los pies se mantienen lo más cerca posible de la cabeza y toda la presión de las caderas y los muslos se dirige hacia la región lumbosacral de la columna. Durante este estadio y los dos siguientes no se permite que las manos cambien su posición extendida y pasiva. Como de costumbre el movimiento de las piernas es suave y firme. Si no es posible alcanzar toda la curva necesaria para el primer estadio al primer intento, se alcanzará practicando todos los días un poco.
Estos estadios no han sido prescritos en los textos yóguicos, ni son requeridos por las diferentes tradiciones yóguicas. Se incluyen aquí pues pueden desarrollarse fácilmente mientras se elevan las piernas en ángulo recto, y son útiles para fortalecer los músculos abdominales y eliminar el estreñimiento. Tras mantener este primer estadio unos pocos segundos, los dedos de los pies se distancian de la cabeza, hasta sentir la presión en la zona dorsal inferior de la curva espinal. Esto constituye el segundo estadio. Tras unos pocos segundos de pausa, los dedos de los pies se deslizan más todavía, hasta alcanzar el punto más lejano, y el peso se desplaza hacia la parte dorsal superior de la curva espinal. Esto constituye el tercer estadio de Halasana (Fig. 3) Después de unos pocos segundos en el tercer estadio, el estudiante se prepara para el estadio final de Halasana. Las manos, que hasta ahora sólo han jugado un papel pasivo, se mueven de su sitio y se colocan detrás de la cabeza, entrelazando los dedos20. Ahora la técnica de Halasana está completa. Para volver a la posición inicial se deben seguir los siguientes pasos: primero se sueltan las manos que vuelven a su posición original, extendidas. Después los pies se acercan a la cabeza y se siguen todos los pasos dados anteriormente en el orden inverso, hasta que finalmente el estudiante descansa sobre el suelo en posición supina.
NOTA: Para propósitos de cultura física es más deseable repetir la práctica que mantener los diferentes estadios de la postura durante largo tiempo cada vez. Esto no se aplica en cultura espiritual, que requiere mantener el primer estadio por un tiempo considerablemente largo. Hay que recordar que en cultura espiritual los otros tres estadios son de escasa utilidad. 20. La manera de entrelazar los dedos se ha explicado en Shirsasana. Las manos se apoyan sobre la cabeza y los dedos de los pies se empujan nuevamente hacia atrás, hasta sentir la presión en la parte cervical de la curva espinal. Esta disposición del cuerpo presiona el pecho sobre la barbilla tan firmemente que se forma una perfecta presa de la barbilla. Cuando se practica Halasana como parte del Curso Corto, se deberían dedicar dos segundos a cada estadio en que las piernas se mueven o la columna se curva. Pero cuando se practica la postura como parte del Curso Completo, se da tres segundos para cada estadio excepto el final, que se mantiene durante medio minuto. Para cubrir el máximo de cuatro minutos prescritos para esta postura de Halasana, hará falta practicar seis veces. Como parte del Curso Fácil sólo se hará Ardha Halasana tal como se muestra en el Anexo III.
PRECAUCIONES: Halasana mantiene la columna vertebral totalmente elástica. Pero las personas que tienen la espalda rígida deben empezar este ejercicio lentamente. No deben hacer movimientos bruscos. Las brusquedades pueden dañar los músculos rígidos. Primero debe de asegurarse la curvatura que se alcance por pequeña que ésta sea, manteniéndola durante cierto tiempo. Tras un período de práctica, será posible una curvatura mayor. De esta manera, practicando diariamente, la columna recuperará poco a poco su estado de elasticidad original. Esta precaución también es extensible a la práctica de Bhuyangasana, Dhanurasana, Paschimatana y Yoga Mudra en particular, y a cualquier ejercicio que incluya flexión de la columna en general.
BENEFICIOS FÍSICOS: Halasana es uno de los mejores ejercicios para mantener la elasticidad de la columna y la salud de los nervios espinales. Cuando recordamos que la juventud se caracteriza por una columna elástica y que en la vejez la columna siempre se vuelve rígida, podemos entender el valor de cultura física de este ejercicio. Halasana también es muy útil para desarrollar la fortaleza de los músculos abdominales. Sólo Sarvangasana supera el efecto saludable sobre la tiroides de esta asana.
BENEFICIOS TERAPÉUTICOS: Halasana es útil para combatir la dispepsia y el estreñimiento, especialmente cuando se deben a la degeneración de los músculos abdominales o del mecanismo nervioso de la digestión. Esta postura también es aconsejable para reducir hígados y bazos dilatados, siempre que la dilatación no sea excesiva. En determinados tipos de diabetes esta asana puede practicarse con éxito. Véanse también los beneficios terapéuticos de Bhuyangasana.